La fábrica de pernos Boël era propiedad de un magnate de la industria local y fabricaba pernos completamente a medida. De ahí la necesidad de disponer de numerosas máquinas de pequeño tamaño, mini-hornos y fundiciones que pudieran llevar a cabo estos trabajos tan personalizados. De ahí también la riqueza de este sitio. Los subsuelos han quedado muy contaminados y se ha comenzado a desmontar el lugar; ahora mismo no queda casi nada digno de visitar en este sitio. Por suerte, nosotros lo exploramos unas pocas semanas antes de que se llevara a cabo el último desmonte...
Los grandes hangares crean contraluces y juegos de luces y sombras con las máquinas oxidadas. Una jungla de poleas, de engranajes y de correas...
Abajo, un ejemplo del formulario utilizado para registrar las especificaciones de las piezas pedidas. ¡Toda la cabeza del perno está hecha a medida!
Otro sitio olvidado, abandonado durante mucho tiempo intacto, incluso por los fotógrafos ;-)
Por desgracia, la demolición tuvo lugar en 2006. Ya no queda nada de este lugar tan maravilloso.
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